Darle vida a esos muebles de madera viejos que tenemos en casa no es tan difícil como piensas. Si sigues algunos pasos con paciencia y cuidado, puedes realizar una restauración con un acabado profesional, a la vez que inviertes algunas horas en un pasatiempo productivo y satisfactorio.
Pensando en ofrecerte una guía para aprender a restaurar muebles de madera antiguos por cuenta propia, hemos preparado una serie de pasos que sirven para la enorme mayoría de los casos.
Sigue leyendo y toma nota de las etapas que debes seguir para la restauración de ese mueble que tienes abandonado desde hace tiempo.
Paso 1. Limpiar el mueble
El primer paso antes de meternos de lleno en la restauración es limpiar el mueble a profundidad. En caso de que tenga diferentes piezas, por ejemplo, un armario con cajones, debes quitar todas las piezas y limpiarlas por separado.
Utiliza agua jabonosa con un trapo húmedo (pero no demasiado mojado) para retirar el polvo, manchas de grasa y cualquier otro tipo de suciedad. En caso de que el mueble tenga manchas persistentes, puedes utilizar un cepillo de cerdas duras para quitarlas.
Lo importante es eliminar todo tipo de suciedad, manchas e impurezas del mueble, de modo que quede completamente limpio y preparado para las siguientes etapas.
Paso 2. Quitar el barniz o la pintura
Una vez que hemos limpiado el mueble a profundidad, debemos quitar el barniz y/o la pintura viejos. Para ello, debes comprar un buen decapante y aplicar una capa completa sobre la superficie que tenga barniz o pintura. Los decapantes químicos, que también se conocen como removedores de pintura, son ideales para quitar estos recubrimientos viejos de manera simple y rápida.
Una vez que hayas aplicado la capa de decapante sobre el mueble, deja secar el producto de acuerdo con las instrucciones del fabricante y retíralo con una espátula de metal (sin realizar mucha fuerza para no dañar la madera). Lee atentamente las instrucciones del fabricante y espera el tiempo de secado indicado, ni más ni menos. Es conveniente aplicar una capa gruesa del producto y no tocarla hasta que se haya endurecido un poco, pero no lo suficiente para que la espátula no pueda cortar hasta la madera.
Repite este proceso de aplicación de decapante, secado al aire y raspado con espátula hasta que el barniz o la pintura se hayan ido casi por completo. Una vez que hayas terminado, aplica disolvente utilizando un trapo y frota para eliminar residuos de producto.
Siempre que trabajes con decapante debes aplicar precauciones de uso. Recuerda que se trata de químicos lo suficientemente intenso como para levantar pinturas y barnices fuertemente adheridos. Utiliza guantes de goma y gafas de seguridad en todo momento; además, aplica el producto en un lugar bien ventilado.
Otra recomendación de uso que debes tener en cuenta es que, si tu espátula o herramienta de raspado es demasiado nueva, redondea los bordes con una lija. De este modo, previenes que cualquier defecto o irregularidad de fábrica pueda arañar la superficie del mueble.
Paso 3. Quitar residuos con lija fina
Aunque el decapante que utilices sea de la mejor calidad, siempre es necesario pasar un poco de lija para que el acabado sea más pulcro. Para ello, pasa una lija fina por toda la superficie tratada con el decapante, lo que permite terminar de quitar impurezas y alisar pequeñas imperfecciones de la madera.
Este paso es importante para retirar cualquier resto de producto o barniz remanente, y así exponer el material “crudo” ante los próximos tratamientos. No es conveniente saltarlo porque incide en la perfección del acabado final.
De hecho, existen decapantes que se lavan con agua y permiten retirar los residuos de manera más sencilla, pero la exposición al agua puede expandir la estructura celular de la madera, por lo que debemos lijar de igual modo para eliminar las elevaciones indeseadas que se puedan producir por la humedad.
Paso 4. Examinar en busca de carcoma
La carcoma es un gran problema en los muebles de madera. De hecho, se considera la plaga más común de las estructuras, objetos y muebles de madera. Si detectas carcoma, incluso si solo son unos pequeños agujeros localizados, debes hacer algo al respecto para que no sigan deteriorando tus pertenencias; por supuesto, el momento ideal para hacerlo es cuando realices la restauración del mueble, pues quedan expuestos todos los agujeros que ya existen.
¿Qué hacer al respecto?
Adquiere un producto anticarcoma y úsalo para cubrir bien todos los agujeros del mueble. Luego, envuelve el mueble con plástico y deja actuar por al menos 96 horas (4 días). Es recomendable que cambies el plástico en la mitad del proceso, una vez que hayan transcurrido 2 días.
Paso 5. Reparaciones de la estructura
En caso de que tu mueble tenga golpes, astillas, puertas descolgadas, bisagras rotas y similares, ha llegado el momento de arreglado. Si se trata de golpes y hendiduras, un truco de expertos es poner un trapo humedecido con agua muy caliente, atarlo bien en el lugar del golpe y dejar que actúe por algunas horas.
Si el mueble tiene fisuras o grietas, podemos rellenar con masilla de un color neutro que luego podamos pintar con un tono similar al de la madera. Solo debes poner el relleno suficiente para llenar el agujero, dejar secar y luego pasar una lija suave para nivelar con la superficie del mueble.
Puedes aprovechar este momento para cambiar bisagras defectuosas, limpiar las guías de los cajones (o engrasar si las guías son metálicas). Si el mueble tiene piezas de metal, como herrajes, cerraduras y pomos, puedes frotar primero con agua jabonosa y luego cepillar con vinagre blanco.
Por último, frota un cepillo metálico (que no tenga cerdas demasiado duras) humedecido con un poco de aceite.
Paso 6. Limpiar o cambiar la tapicería
Si tu mueble tiene zonas tapizadas, puedes aprovechar estas labores de restauración para refrescar la tela. En caso de que el textil esté en buen estado, puedes quitar las grapas o clavos con cuidado para separarlo del mueble, y llevarlo a la tintorería para una limpieza exhaustiva pero delicada.
En caso de que la tela se encuentre demasiado deteriorada o que ya no te guste, puedes valerte de las medidas de la tela vieja para obtener plantillas que te permitan adquirir y cortar nueva tela.
Tanto si decides mantener la tela original como si quieres cortar nueva tela con tus plantillas, puedes graparla al mueble una vez que termine la restauración.
Paso 7. Tinte, barniz y cera
En muchas piezas, parte de la belleza viene del tono natural de la madera. Si tu mueble tiene un tono uniforme y agradable, puedes prescindir del tinte; pero si ha ocurrido decoloración, manchas o simplemente no te gusta el tono natural, puedes utilizar tintes de madera para refrescar el aspecto del mueble. Para ello, debes poner el tinte con una brocha suave, en capas uniformes y en dirección hacia las vetas.
Aplica el tinte con moderación, en cantidades que permitan cubrir bien las capas sin que gotee o quede a parches.
También debes tener en cuenta que algunos tintes deben diluirse con agua antes de usar, y en caso de que quieras obtener un color más oscuro, solo debes aplicar varias capas hasta obtener el tono que buscas.
Ahora viene el barniz, que es un producto esencial para proteger el mueble del deterioro prematuro. Puedes elegir un producto mate, satinado, incoloro o con tinte, de acuerdo con el acabado que quieras darle al mueble. Deja secar todo un día, y luego debes lijar con una lija suave, limpiar el polvo que se suelte con una brocha o cepillo seco, y aplicar otra mano de barniz en dirección paralela a las vetas de la madera.
Por último, solo queda aplicar cera sin color con un disco de algodón, y tendrás tu mueble restaurado con un aspecto totalmente renovado.
Excelente contenido, muy completo y bien explicado. Me ha gustado mucho este tutorial paso a paso para restaurar muebles barnizados. La verdad es que muchas veces los muebles se deterioran pero con los cuidados necesarios podemos dejarlos como el primer día. Me parece genial para evitar generar residuos y comprar muebles nuevos. Gracias por compartirlo.